jueves, 10 de mayo de 2012

Mi pasado lector... Gabriel Kopp

Me llamo Gabriel Kopp y os voy a contar cómo he ido aprendiendo que la lectura es importante, desde el principio de mi vida hasta ahora.
En infantil teníamos una profesora que nos recomendaba leer mucho. Mis padres también me solían decir a menudo que leyera libros cortos y de letra un poco grande.
El primer año de colegio no estuve demasiado tiempo leyendo, en el segundo año un poquito
 más a menudo, y entonces ya sí que empecé a leer más libros, aunque cortos y de letras mayúsculas, como Caperucita Roja… En ese mismo año, cuando la profesora nos decía que leyéramos algún libro corto juntos, yo lo hacía más o menos bien.
En nuestro último año con esta profesora de infantil, (con la que estuvimos los tres años) ésta nos dijo que siguiéramos leyendo, y nos dijo que si no lo hacíamos íbamos a tener más dificultades para triunfar en la vida, pero yo con los 5 años no entendía por qué tenía que ocurrir eso si no lees…      
En primero de primaria, nuestra profesora claro que nos decía que leyéramos,  pero creo que no tanto como nuestra profesora de infantil, y empezamos a tener que leer un poco en casa, pero casi los mismos libros que en segundo y tercero de infantil, y en ese año, por lo menos yo, no avancé casi nada con mi lectura.
En segundo, volvimos a cambiar de profesor, y con él volvimos a leer continuamente en clase.
Él, al acabar el curso, nos volvió a decir lo mismo que nuestra profesora de infantil: “Seguid leyendo, si no tendréis más dificultades para triunfar en la vida”.
Aunque ya lo entendía mejor, aún no del todo.
En tercero, ya con otro profesor, leíamos además de cuentos, poesías. Entonces empecé a leer más libros en alemán también, porque antes, me gustaba más leer en español.
Con este profesor, el libro que más me gustó fue Sapo y Sepo.
Y así se pasaron tercero y cuarto, leyendo cuentos y poesía. Y él también se despidió de nosotros con la misma frase: “No dejéis de leer, si no, no triunfaréis fácilmente en la vida”.
Y allí por fin conseguí entender el significado de esa frase.
Y ahora estoy en quinto y aunque aún me cuesta tener un libro entre las manos, he hecho grandes pasos en mi vida como lector, entre ellos que por fin he entendido por qué te cuesta más triunfar en la vida sin leer y he pasado de leer Caperucita Roja a Corazón de Tinta.


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