lunes, 1 de junio de 2009

Miércoles 28 de mayo

Diario de actividades: http://www.butrera.com/

La noche ha sido reparadora y todos nos hemos levantado con energías para aprovechar el nuevo día. Después de un buen desayuno nos hemos divido en los cuatro grupos, dispuestos a realizar los talleres que nos faltaban y seguir aprendiéndolo todo sobre el entorno en el que nos encontramos.
¡Y además el cielo lucía su azul más claro! Con las bicis hemos hecho el recorrido por la zona, aprovechando la paradita para descansar para conocer el pequeño pueblo de Butrera. Otros hemos ido recorriendo los diferentes ecosistemas de la zona, haciendo hincapié en el estupendo bosque de ribera que forma el río Trema a su paso por la finca. En fauna hemos ido a buscar rastros que nos ayudan a identificar a los animales que viven en esta zona, y los que hemos ido a la cueva hemos tenido la suerte de ver ¡un murciélago!, que parecía estar esperando nuestra visita.
Después de comer Jana nos ha propuesto una nueva prueba en la que teníamos que resolver tres difíciles acertijos. Hemos tenido que estrujarnos bien los sesos para al fin conseguir superar esta difícil prueba. Y como todos los días a esta hora la huerta esperaba a los que decidíamos ir a cuidarla. Hemos quitado todas esas hierbas que molestan tanto a las hortalizas, hemos plantado alguna que otra acelga, algún pepino y más lechugas y hemos regado los tomates que pusieron ayer nuestros compañeros, que aunque ha llovido, había alguno todavía pochito.
Después a algunos nos tocaba hidrología, y después de conocer los animales que pueblan nuestros ríos hemos ido a comprobar si realmente existen, ¡y sí!, hemos encontrado un montón de libélulas, gambitas y moscas de mayo. El sol radiante nos ha acompañado a los que dábamos el paseo en bici y en canoa y por supuesto a los que subíamos a la cueva de la Pantarra para comprobar si el murciélago todavía seguía esperándonos.
Con la ducha calentita y la cena hemos recuperado fuerzas, aunque parecía que no nos hacía falta… muchos sólo pensábamos en el gran partido de football que hoy se disputaba. Así que corriendo acabábamos de cenar e íbamos a disfrutar del partido junto con nuestros compañeros, mientras que los que eso del football nos da un poco igual nos juntábamos para contar alguna que otra historia de miedo. Y llegaba ya el momento de irse a la cama, las historias de miedo corrían de habitación en habitación, pero al final el cansancio podía más que las ganas de marcha y ¡a dormir plácidamente!

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